Sobre mayúsculas y erratas

 

 

Existe tal cantidad de normas de uso de las mayúsculas y hay a la vez tanta contradicción entre ellas, que resulta imposible elaborar una lista clara y útil: tanto la lista resultante como las matizaciones y excepciones serían interminables. A pesar de esta dificultad, algunos autores como Martínez de Sousa (2004, págs. 225-248) se han esforzado por agrupar en listas los usos de las mayúsculas. A continuación puedes encontrar un resumen de algunos de los casos indicados por Martínez de Sousa que incluye alguna otra aportación personal, pero te recomiendo consultar su lista si necesitas más información acerca de este tema.

Teniendo en cuenta la discrepancia existente en la normativa sobre el uso de las mayúsculas que provoca que las normas de estilo de las editoriales y diarios presenten generalmente variaciones a este respecto, es recomendable escribir con letra inicial mayúscula:

1. Los nombres y apellidos, incluidos los nombres de dinastías derivados de apellido: los Borbones, salvo que se utilicen como adjetivos, caso en el que se escriben con minúscula: los reyes borbones. También se escriben con mayúscula los apodos: Manuel Díaz, el Cordobés, pero no los conectivos, que van en minúscula.

2. Los nombres propios geográficos, no genéricos: el río Iregua y los de calles, barrios, plazas: el barrio Gótico o la calle Carretas. Por la misma razón, los nombres propios de monumentos (no los genéricos): la torre Eiffel. Como dice Martínez de Sousa, solo en algunos casos, por antonomasia, se escribirá la inicial del genérico en caja alta: El Acueducto (de Segovia).

3. Los nombres de edificios: la Biblioteca Nacional y el Museo del Prado.

4. Los nombres personificados: La Ley le juzgará. Sin embargo, van en minúscula cuando no hay personificación: Confiemos en la ley.

5. Las deidades y los libros sagrados: el Corán, y las festividades religiosas civiles: el Corpus y la Feria de Abril.

Hace unos días me escribía un usuario en Twitter diciéndome que le había generado una serie de dudas unas páginas de mi libro en las que aparecen unos ejemplos de uso de mayúscula y minúscula. Como no todos los lectores tienen mi libro, paso a transcribir la página en cuestión (48). Las dudas que él y otras personas tenían y que habían debatido estaban relacionadas con los conectivos y eran varias. Paso a enumerar y aclarar:

Mayúscula inicial en el Acueducto. En este caso, como he dicho anteriormente, se escribe en mayúscula el nombre del monumento por una razón: la antonomasia. En este caso, en el libro, hay una errata.

El conectivo en Biblioteca Nacional y Museo del Prado debe ir en minúscula ya que el nombre de la institución es Biblioteca Nacional de España y Museo Nacional del Prado, por lo tanto los conectivos van en minúscula (no forman parte del nombre propio).

La mayúscula en La Ley le juzgará y Confiemos en la ley. El problema que tenemos aquí es que empezar una frase que sirve de ejemplo por minúscula no sería del todo correcto y quedaría raro. En este caso se emplea la misma excepción que podríamos emplear con el lenguaje directo. El lector entiende que esa frase en va en mayúscula porque es un ejemplo de frase completa, y no un nombre solo.

El artículo en el Corán. Donde solo se escribe en mayúscula el nombre del libro sagrado, no el artículo. Y esta sí es una errata. En este caso debería haberse escrito: «Las deidades y los libros sagrados: el Corán, y las festividades (…)».

Como norma general, después de dos puntos debe escribirse en minúscula (con alguna excepción que no viene al caso ahora mismo). Pero el error en estos ejemplos viene porque hay una excepción que sí puede aplicarse en este caso. En algunas listas enumeradas, después de dos puntos la frase puede empezar en mayúscula. El problema lo tuvimos cuando se movieron ejemplos de sitio, unos estaban después de dos puntos y otros después de punto. También hubo cambios de posición de la lista con el objetivo de que el lector lo entendiera lo mejor posible; de esta manera se mezclaron dos maneras de enumerar.